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Vieiras con crema de calabaza

Una receta para un plato suave y delicado como un beso al amanecer.


Ingredientes:
    300 gramos de calabaza
    2 patatas medias
    1 puerro pequeño
    2 zanahorias
    2 chalotas
    1 vaso de vino blanco
    1 pizca de Jengibre
    12 vieiras gallegas congeladas
    Aceite
    1 pizca de Sal
    1 pizca de Pimienta blanca
    1 limón
    Hojas de rúcula y canónigos (Valerina)

Preparación:
En la olla ponemos, la calabaza, añadir las chalotas, el puerro, las zanahorias y las patatas, todo bien troceado, con un chorrito de aceite a fuego fuerte para que se doren ligeramente.

Una vez doradas añadimos un vaso de vino blanco, dejamos evaporar un poco y añadimos tres vasos de agua (hasta que quede todo cubierto de agua, añadimos la sal, la pimienta, el jengibre y cocemos uno 25 minutos, hasta que esté todo blando, sacamos todo de la olla, lo trituramos bien y lo pasamos por un chino o un colador fino, hasta lograr una crema, se puede regular la densidad de la crema añadiendo un poco del caldo sobrante en la olla .

Abrimos las vieiras, las lavamos, las secamos y las doramos en la sartén con dos cucharadas de aceite de oliva.

Para la presentación hacemos una cama redonda con la crema, colocamos las vieiras encima y decoramos con la rúcula, los canónigos y unas gotas de aceite de oliva.

Consejo: Las vieiras han de estar previamente congeladas Siempre! no hay que fiarse de las vieiras frescas, para descongelarlas dejarlas la noche anterior en la nevera.




Los dátiles de mar















Los dátiles de mar (Lithophaga lithophaga)  son una especie de  mejillón que fabrica un orificio en roca calcárea para permanecer en su interior, protegido de los depredadores.















Esta extraña especie segrega un ácido con el que disuelve la roca, a medida que introduce su cuerpo, amoldando el habitáculo a sus dimensiones, de tal forma que se encierra en su interior sin posibilidad de salir de él, para poder sacarlo hay que romper la roca, por eso su captura se convierte en un atentado ecológico, ya que hay que destruir su entorno, generalmente plagado de otras especies.

Esta especie se cría en las costas del Adriático y en algunas zonas del Atlántico europeo, no cuenta con una protección adecuada, a pesar de las leyes que las protegen y es víctima de una persecución implacable a manos de los furtivos y de los aficionados. (ver enlace)















Dicen que su sabor es más delicioso que el del mejillón y su concha es del color del dátil maduro, de ahí su nombre.















En cualquier caso, recuerde que si llega a comer este bivalvo, se trata de una especie obtenida a costa de haber destruido  buena parte del fondo marino y numerosas especies de su entorno.